Un viaje no solo se recuerda por los paisajes o los monumentos: también por los sabores. La cocina local es la forma más directa de entender un país, de acercarse a su gente y de descubrir tradiciones que no aparecen en los libros.
Desde un ceviche frente al Pacífico hasta una pachamanca andina cocinada bajo tierra, Perú es un festín de contrastes. En Cusco y el Valle Sagrado, los mercados locales rebosan de productos autóctonos, mientras que en Lima, la capital gastronómica de Sudamérica, los chefs más innovadores reinterpretan tradiciones milenarias.
Cada ciudad de la India tiene un aroma distinto: curry en Delhi, chai en Jaipur, dulces en Agra. Comer en India es un viaje dentro del viaje, con sabores intensos y técnicas ancestrales. Una cena en casa de una familia local permite descubrir no solo recetas, sino también la hospitalidad que define la cultura india.
En Franschhoek, el vino es protagonista absoluto. Catas al atardecer, bodegas históricas y menús que combinan la tradición sudafricana con técnicas internacionales convierten cada copa en parte del viaje. Un lugar donde el tiempo se mide en añadas.
En SARO sabemos que un viaje gastronómico no se limita a un restaurante. Organizamos picnics al aire libre frente a paisajes icónicos, almuerzos privados en casas locales y catas exclusivas en bodegas seleccionadas. Experiencias que convierten cada comida en parte de la memoria del viaje.