La gran duda de África del Este
Si piensas en un safari, seguramente aparecen dos nombres: Tanzania y Kenia. Ambos países son sinónimo de sabana, leones al amanecer y atardeceres infinitos. Pero, ¿cuál elegir? La respuesta depende más de tu estilo de viaje que del destino en sí.
Tanzania: la inmensidad salvaje
- Parques icónicos: Serengeti, Ngorongoro, Tarangire y Lago Manyara.
- Gran Migración: buena parte del año ocurre en el Serengeti.
- Paisaje: vastas llanuras infinitas y menos infraestructura turística, lo que se traduce en mayor sensación de aislamiento.
- Estilo de viaje: ideal para quienes buscan un safari más largo y completo, con la posibilidad de combinarlo con Zanzíbar para unos días de playa.
👉 Lo mejor: la diversidad de ecosistemas en un mismo itinerario y la sensación de “África intacta”.
Kenia: la esencia del safari clásico
- Parques icónicos: Masái Mara, Amboseli, Samburu.
- Gran Migración: de julio a octubre, los rebaños cruzan el río Mara desde Tanzania.
- Paisaje: más compacto, con grandes concentraciones de fauna en áreas más reducidas.
- Estilo de viaje: perfecto para un safari más corto (4–5 días) o como combinación con otras experiencias (playas en Diani, extensión a Seychelles).
👉 Lo mejor: el Masái Mara en temporada de migración, con cruces de ñus y cocodrilos en acción.
Entonces, ¿Tanzania o Kenia?
- Duración del viaje:
- Si tienes más de una semana, Tanzania ofrece más variedad (safaris + Zanzíbar).
- Si cuentas con menos tiempo, Kenia es más accesible para un safari corto e intenso.
- Presupuesto: Kenia suele tener opciones más variadas, mientras que Tanzania apuesta por experiencias más exclusivas.
- Gran Migración: se mueve entre ambos países según la época. Lo importante no es el país, sino diseñar el viaje en el lugar correcto en el momento adecuado.
Momentos SARO
En SARO eliminamos la duda: diseñamos safaris a medida tanto en Kenia como en Tanzania, asegurando que estés en el lugar exacto para vivir la Gran Migración en su máximo esplendor. Y añadimos detalles únicos: un picnic privado en Ngorongoro, un vuelo en globo sobre el Masái Mara o un atardecer con copa en la sabana.